Regresar
Nadie puede regresar al lugar en que fue feliz. Es un delirio. El lugar ya no es el mismo… ¡Uno ya no es el mismo! Las personas de aquel entonces… ya son otras. Nadie “es”, sino “está siendo”. Hay una trampa en la melancolía, y es que la mente se intriga con todo aquello que le parece imposible: —El poder— de viajar al pasado y revivirlo. ¡Qué le vamos a hacer! Si la vida nos restriega una y otra vez que es un regalo por única ocasión. Y este instante, de igual manera, no se nos brindará por segunda vez en toda la eternidad.
- César Sánchez Manríquez.
Jorge Alejandro DelaVega Lozano